La auténtica historia de Don Limpio

Don LimpioSeguro que a más de uno y de dos le ha pasado que cuando ha visto en televisión la nueva campaña publicitaria del producto de limpieza, ha experimentado una extraña sensación del tipo: “pero bueno… ¿Esto qué es?”.   Yo no sé si ha habido muchas reacciones al respecto, o quizá estoy exagerando y la cosa no es para tanto. Seguramente, pero para mí, sí es para tanto, tanto que le voy a dedicar un post en el que intentaré desmigar esos 30 segundos que dura el spot,  pretendiendo reconstruir lo que podría ser la auténtica historia de Don Limpio (DonLi a partir de ahora), y antes conocido como Mister Proper.

Dicen que nació para ayudar a limpiar mejor”, esa es la frase con la que la voz en off comienza el anuncio de Don Limpio y que va acompañada de la imagen de un bebé con cara de señor mayor. Muy surrealista todo ya para empezar, pero la cosa mejora fotograma a fotograma. El bebé anciano, DonLi (Don Limpio), aparece a gatas en la puerta de la casa de un matrimonio, probablemente oriundos de Alabama o Texas (yo nunca he estado allí, pero el señor lleva una especie de sombrero de cowboy y se ve de soslayo una furgoneta modelo ranchera, así que deben ser de esa zona, estado arriba, estado abajo).  El bebé ha subido las escaleras del porche a gatas, y se observa una cesta en la que presumiblemente alguien le ha abandonado. Primer punto que sacamos “en limpio”, DonLi fue un hijo NO  deseado. Yo personalmente creo que los creativos publicitarios podrían haberse inspirado en la historia de Superman, y en ese caso, el pequeño viejecito sería natural de Kripton, y habría sido enviado a la tierra a salvar a los humanos de la suciedad. Sin embargo, yo opto mejor por la hipótesis de hijo no deseado, mucho más realista.

Pero sigamos deteniéndonos en esa primera escena,  se aprecia que cuando los señores de Alabama ven al extraño bebe en la puerta del chalet, lejos de extrañarse por la curiosa aparición, y más aún porque el bebé tenga cara de octogenario, se les ponen los ojos “de bolilla”, y luego entendemos por qué.  Apenas Don Limpio aprende a andar,  lo ponen a limpiar cristales como loco. Calculo que ahí debía tener unos 6-7 años, lo que denuncia una situación de explotación infantil flagrante.  Abandonado al nacer, y posteriormente explotado por sus padres adoptivos, y él sin perder la sonrisa.  Lo bueno de esto es que al menos el zagal está cuadradísimo de darle tanto a la bayeta.

Años más tarde, se ve que los señores de Alabama recapacitan, y deciden liberar al chaval y dejar que vaya a la universidad. En cualquier caso, y por si hubiera suerte en el camino, lo mandan en una avioneta destartalada con más probabilidades de estrellarse que de dejar al chiquillo a las puertas de Harvard. Pero Donli, que es un tío bueno de los que ya no quedan, se despide agradecido a pesar de los maltratos que ha sufrido durante años, y sube ilusionado a la avioneta equipado con un petate verde como el que se va a la mili. ¡Ya le podían haber comprado una Samsonite por todos los cristales que habrá limpiado en esa casa! Y llega a la universidad, y me aventuro a decir que finalmente no era Harvard, ni Princeton, ni Columbia, porque apenas le dibuja unos garabatos en el pizarra a lo que parece ser el  profesor más listo de la facultad, éste se muestra entusiasmado con el talento del culturista (que sigue ganando masa muscular por momentos).  Luego, durante unos segundos y antes de retomar la historia de la vida del protagonista, nos aburren mostrándonos las bondades del producto de limpieza así como de su packaging.


Y los acontecimientos dan un giro inesperado: vemos  a DonLi supervisando el trabajo de una viejecita que se afana en limpiar el suelo con la poca fuerza vital que pudiera quedarle a la señora. Yo, personalmente, creo que a estas alturas, DonLi ya ha muerto, y por eso ya no envejece más. Además, cuando la viejecita le ve, pone cara de desconcierto,  para ella es claramente una aparición. Si dejan seguir un poco más la escena, la señora cae redonda al suelo 100% garantizado.  Hay una tesis menos rocambolesca, y es que el chico estudió químicas, e inventó una fórmula magistral de líquido limpiador, y que tanto la ancianita, como el señor cocinero de la cafetería americana que aparece después, son clientes testeando las magníficas propiedades del producto. Yo me inclino más porque estaba muerto, y que es su espíritu el que visita a la gente para animarla a que limpie. Tiene mucho más sentido conociendo el pasado del buen hombre. ¿Y esa secuencia de él paseando con el petate al borde de la carretera? Eso es un flashback, previo a su fatal desenlace. Todo encaja.


Finalmente, faltaría explicar el detalle del pendiente en la oreja izquierda que podemos ver en la imagen final que cierra el spot, pero ahí ya sí que no me llega la imaginación. Algo os tendría que dejar a vosotros.



Puedes ver el anuncio completo en:

Si has leído todo el post, quizá también te resulte curioso:





Comentarios

  1. Y si! Es fácil... El pendiente en la oreja hace un giño a su vida pasada cuando se hacia llamar Mr Proper. Ya que en su otra vida fue un Genio de los de lámpara de cuentos y relatos morunos, En aquellas épocas era un adorno típico masculino

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