La auténtica historia de Don Limpio

“Dicen que nació para
ayudar a limpiar mejor”, esa es la frase con la que la voz en off comienza
el anuncio de Don Limpio y que va acompañada de la imagen de un bebé con cara de señor mayor.
Muy surrealista todo ya para empezar, pero la cosa mejora fotograma a
fotograma. El bebé anciano, DonLi (Don Limpio), aparece a gatas en la puerta de la casa de
un matrimonio, probablemente oriundos de Alabama o Texas (yo nunca he estado allí,
pero el señor lleva una especie de sombrero de cowboy y se ve de soslayo una
furgoneta modelo ranchera, así que deben ser de esa zona, estado arriba, estado
abajo). El bebé ha subido las escaleras del
porche a gatas, y se observa una cesta en la que presumiblemente alguien le ha
abandonado. Primer punto que sacamos “en limpio”, DonLi fue un hijo NO deseado. Yo personalmente creo que los
creativos publicitarios podrían haberse inspirado en la historia de Superman, y
en ese caso, el pequeño viejecito sería natural de Kripton, y habría sido
enviado a la tierra a salvar a los humanos de la suciedad. Sin embargo, yo opto
mejor por la hipótesis de hijo no deseado, mucho más realista.
Pero sigamos deteniéndonos en esa primera escena, se aprecia que cuando los señores de Alabama ven
al extraño bebe en la puerta del chalet, lejos de extrañarse por la curiosa aparición,
y más aún porque el bebé tenga cara de octogenario, se les ponen los ojos “de
bolilla”, y luego entendemos por qué.
Apenas Don Limpio aprende a andar, lo
ponen a limpiar cristales como loco. Calculo que ahí debía tener unos 6-7 años,
lo que denuncia una situación de explotación infantil flagrante. Abandonado al nacer, y posteriormente explotado
por sus padres adoptivos, y él sin perder la sonrisa. Lo bueno de esto es que al menos el zagal
está cuadradísimo de darle tanto a la bayeta.
Años más tarde, se ve que los señores de Alabama recapacitan, y deciden liberar al chaval y dejar que vaya a la universidad. En cualquier caso, y por si hubiera suerte en el camino, lo mandan en una avioneta destartalada con más probabilidades de estrellarse que de dejar al chiquillo a las puertas de Harvard. Pero Donli, que es un tío bueno de los que ya no quedan, se despide agradecido a pesar de los maltratos que ha sufrido durante años, y sube ilusionado a la avioneta equipado con un petate verde como el que se va a la mili. ¡Ya le podían haber comprado una Samsonite por todos los cristales que habrá limpiado en esa casa! Y llega a la universidad, y me aventuro a decir que finalmente no era Harvard, ni Princeton, ni Columbia, porque apenas le dibuja unos garabatos en el pizarra a lo que parece ser el profesor más listo de la facultad, éste se muestra entusiasmado con el talento del culturista (que sigue ganando masa muscular por momentos). Luego, durante unos segundos y antes de retomar la historia de la vida del protagonista, nos aburren mostrándonos las bondades del producto de limpieza así como de su packaging.
Y los acontecimientos dan un giro inesperado: vemos a DonLi supervisando el trabajo de una
viejecita que se afana en limpiar el suelo con la poca fuerza vital que pudiera
quedarle a la señora. Yo, personalmente, creo que a estas alturas, DonLi ya ha
muerto, y por eso ya no envejece más. Además, cuando la viejecita le ve, pone
cara de desconcierto, para ella es claramente
una aparición. Si dejan seguir un poco más la escena, la señora cae redonda al
suelo 100% garantizado. Hay una tesis menos
rocambolesca, y es que el chico estudió químicas, e inventó una fórmula
magistral de líquido limpiador, y que tanto la ancianita, como el señor cocinero
de la cafetería americana que aparece después, son clientes testeando las magníficas
propiedades del producto. Yo me inclino más porque estaba muerto, y que es su espíritu
el que visita a la gente para animarla a que limpie. Tiene mucho más sentido
conociendo el pasado del buen hombre. ¿Y esa secuencia de él paseando con el
petate al borde de la carretera? Eso es un flashback, previo a su fatal
desenlace. Todo encaja.
Finalmente, faltaría explicar el detalle del pendiente en la
oreja izquierda que podemos ver en la imagen final que cierra el spot, pero ahí
ya sí que no me llega la imaginación. Algo os tendría que dejar a vosotros.
Puedes ver el anuncio completo en:
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Y si! Es fácil... El pendiente en la oreja hace un giño a su vida pasada cuando se hacia llamar Mr Proper. Ya que en su otra vida fue un Genio de los de lámpara de cuentos y relatos morunos, En aquellas épocas era un adorno típico masculino
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