Entradas

El año en que aprendí a improvisar

Yo a veces también hago “frikadas”. Pues como todo hijo de vecino. En este caso, hoy quería escribir sobre una de ellas, que opino que es curiosa o, cuanto menos, poco habitual: la de mirar el histórico del Outlook para ver qué correos escribí/recibí tal día como hoy de hace 1 año.  Quiero aclarar que es algo que hago muy muy de vez en cuando, como 1 vez cada 3-4 meses o más. Depende. De momento creo que es algo que no tengo que hacérmelo mirar, y sino que me lo rebatan los guionistas de las series americanas de adolescentes cada vez que entierran y desentierran una “cápsula del tiempo” (de esas en las que meten pompones de animadoras y chaquetas del quearterback, junto con el álbum de fotos de la promoción del instituto). Volviendo a este ejercicio de retrospectiva, confieso que precisamente lo hago para eso, para aclarar contextos… ¿de dónde venimos? ¿a dónde vamos? Pura reflexión filosófica aterrizada en un acto inocente de ver qué pasaba en mi vida hace un año. No me voy a par...

Basado en hechos reales

Imagen
Martes, 8.35 de la mañana. El ascensor se cierra y casi en simultáneo, yo cierro la cremallera de mi plumas echando un último vistazo de reconocimiento en el espejo. Chipi me mira resignado mientras espera a  que las puertas del ascensor vuelvan a abrirse para reanudar el camino que le llevará a la calle. Son malas fechas, hace frío, y el paseo matutino, aunque obligado, se le hace cuesta arriba. Un ligero brinco de la caja elevadora anuncia que “hemos llegado a nuestro destino”. Hago un giro sobre mis pies para mirar de frente a la salida justo antes de que la puerta se abra, nunca se sabe si alguien puede estar esperando al otro lado y pillarte "in fraganti" en ese momento íntimo de chequear que no hayas olvidado alguna legaña.  Y entonces llega el momento fatídico que desmonta una perfecta monotonía. Las llaves se precipitan de mis manos para lanzarse al vacío. Y no cualquier vacío, sino el vacío que las llevará directamente al interior de la rendija oscura y misteriosa...

Los fantasmas de mis ex novios

Imagen
Elijo el título de este post inspirada por el de una comedia romántica que pasó sin mucha pena ni gloria, y en la que un fantasma canalla representado en la figura de Michael Douglas, traslada al protagonista en el tiempo para ser testigo de su comportamiento con respecto a sus relaciones sentimentales. Podría decirse que la película pretende seguir el modelo narrativo del cuento de navidad de Charles Dickens, donde pasado, presente y futuro se unen para rendir cuentas a un mujeriego  Matthew McConaughey. Un bodrio entretenidillo, en el que por supuesto al final se casan. Los fantasmas de mis exnovios Y no es que en este momento de mi vida tenga que revisar mis cuentas pendientes con mis “exnovios”, no creo tener ninguna, de corazón lo digo, pero sí me apetecía hacer repaso por algunas de ellas para buscar un patrón común, en caso de que lo hubiera. ¿Que por qué? Pues no sé, ¿por entretenimiento? Tenía unos 15 años cuando tuve mi primer novio. Un novio de esos que roz...

8.581 Kilómetros

Imagen
La distancia en línea recta a Ciudad del Cabo son 8.581 Kilómetros, sin embargo, yo tuve que recorrer más de 14.000 en avión para llegar a mi destino. Así, tras más de 17 horas de vuelo con una escala de por medio y las consecuentes horas de espera en el aeropuerto, llegué a Cape Town. Los objetivos de mi viaje eran varios, los más prácticos y la versión corta de la historia era básicamente, que buscaba tener un plan atractivo y diferente para mis vacaciones, a la par que aprovecharía para mejorar mi nivel de inglés.Otras de las intenciones que cargué en mi maleta de 25 kilos hablaban de encontrar un punto de inflexión, buscar el botón de reset en otro continente, comprar como souvenir un nuevo contador a estrenar, para después enterrar el viejo en las tierras sudafricanas. " Es un buen plan ", lo tuve claro desde el principio. Luego, una vez allí, ocurrieron otras cosas, y la maleta que traje conmigo traía algunas ropas nuevas, pero venían apiladas junto a las viejas.  ...

De porqué me gusta “él que hace la barbacoa”

Imagen
En una conversación típica de mujeres, y ahora que mi situación personal invita a ampliar el abanico de temáticas sobre las que interesarnos, hablábamos el otro día de cuál sería el prototipo de hombre ideal para cada una de las presentes. Yo no fui muy original en mi respuesta: inteligente, divertido, “buena gente”… no me esmere mucho en contestar en ese momento.  Por estas cosas de la vida, días después asistí a una barbacoa, y recordé esta conversación encontrando una nueva respuesta mucho más tangible y explícita. “¡A mí el que me gusta es él que hace la barbacoa!”. Me explico y detallo. Imaginad: Pleno mes de agosto, sobre las 14 hrs. Típica reunión de amigos a la que está invitado hasta el Tato, porque es bien sabido que una barbacoa despierta siempre el buen rollismo y la generosidad… y además, le gusta a todo el mundo. Todos los comensales beben, conversan, se ríen… Unos, sentados en torno a la mesa de plástico verde militar sobre la que se posan varios cuencos de...

Nueve de agosto

Imagen
En una cocina que a duras penas superaba los 2 metros de ancho, y sentada sobre una mesa de aglomerado de color vainilla han tenido lugar muchas de las conversaciones más importantes de mi vida.   El ritual de entrada en la estancia era prácticamente siempre el mismo. Apoyada sobre las palmas de mis manos: una en la mesa vainilla, otra en la encimera de la cocina; me balanceaba con los pies colgando, para acto seguido, y sin esfuerzo, sentarme sobre la mesa, con mis pies a varios centímetros de distancia del suelo, y mis rodillas ocupando el espacio justo para que ella pudiera circular libremente por el escueto pasillo de la escueta cocina mientras preparaba la comida o fregaba los platos. Sólo quien haya estado en esa cocina, sabe hasta qué punto no exagero. En esa mesa me sentía como una princesa en su trono dando un discurso real ante la atenta mirada de una súbdita fiel que alaba sus historietas, y aunque a ratos también me amonestara, siendo yo una princesa respetuosa...

Definiendo estado…

Imagen
Suena el despertador: 7.10 hrs. Me desperezo muy rápidamente, ya que apuro cada minuto del sueño antes de verlo interrumpido por el sonido de la alarma del móvil. De manera automática, comienzo a hacer todas esas rutinas que se han vuelto mi monotonía en las últimas semanas, y que no distan mucho de las que hacía en los últimos años (ducharse, arreglarse, sacar al perro). 40 minutos después, salgo por la puerta, y en los escasos 10 minutos a pie que me separan del trabajo, y en esa necesidad que siempre me acompaña de exprimir el tiempo al máximo haciendo la mayor cantidad de tareas posibles simultáneamente, PIENSO. Pero pensar no en plan que voy a comer hoy o tengo que ponen una lavadora esta tarde, sino pensar en plan autodiagnóstico terapéutico de tres al cuarto, y me pregunto: Hoy, ¿cómo estás?, o dicho de otra manera menos natural, ¿cuál es tu estado hoy?  Estado de alarma, estado de excepción, estado de sitio  Ante todo y para arrancar con una confesión, reconozco...