De mayor quiero ser “morning-singer”
Aviso a navegantes que este post incluye una alta dosis de
contenido irónico y/o sarcástico, pretendiendo retratar a una tipología de
personaje con el que convivimos a diario y que tanto influye en nuestras vidas,
hablamos del “cantamañanas” o “morning-singer”. Por restar drama al artículo, me
he permitido el utilizar este alias, aparentemente inofensivo, para definir a
un personaje que lejos está de serlo. Igualmente, aprovecho para reconocer el
uso extremado de tópicos y alguna que otra desviación de la realidad a
modo de licencia literaria.
“Yo
una vez quise ser “morning-singer”, afirma el sujeto Y. “Creo que era algo totalmente vocacional y siento
por momentos que casi acaricié esa posibilidad. Para mí el perseguir la
aprobación y el reconocimiento del resto, era una necesidad que llevaba dentro.
Admito que lo intenté en repetidas ocasiones, y aún lo sigo haciendo, pero nunca
logré calar en una masa de adeptos suficientes como para considerarme un genuino
“morning-singer”.
De acuerdo en que estas declaraciones ficticias de un sujeto
Y, intentan exagerar, quizá hasta el esperpento, un pensamiento que ningún
aspirante a “morning-singer” se atrevería si quiera a reconocerse a sí mismo.
No obstante, la idea es plasmar cómo puede llegar a sentirse alguien que busca insistentemente
la afiliación del grupo a sus pensamientos y actitudes.
“Yo una vez
conocí a un “morning-singer”, asevera en este caso el sujeto Z. “Tardé bastante
en identificarlo, y sólo pude realmente reconocerle cuando ya se había infiltrado
sin darme cuenta en mi subconsciente y sus palabras brotaban de mi boca de
manera mecánica”.
En este caso nos encontramos frente a un seguidor natural de
los “morning-singer”, que extrañamente se ha dado cuenta de su condición de adepto.
Normalmente los seguidores cuentan con la cualidad de ignorar explícitamente su
afiliación, sintiéndose parte igualitaria de un grupo. Si bien, tan sólo se
mienten a sí mismos, pues no serían capaces de aventurarse a convertirse en
cantamañanas, temiendo la responsabilidad que conlleva el liderar un grupo.
Asimismo, les atrae de la condición de seguidor, la protección que les proporciona
ser parte de un conjunto, y la comodidad de la dependencia de opinión, que libera
sus neuronas para cualquier otro fin, si es que lo hubiese.
“Yo una vez fui un “morning-singer “, y aunque tardé en entender cuál
era mi misión en el grupo, una vez que lo supe, mi ego anhelaba conseguir
nuevos adeptos. Me alimentaba de los destellos en la mirada de aquellos que me
escuchaban expectantes, y me sonreían y a carcajadas marcaban sigilosamente las
palmas de sus manos en mi espalda. En mi interior sentía como si pudiera leer
en su mente cómo me idolatraban y me envolvían en vítores que silenciosas
gritaban mi nombre”.
De nuevo aludimos a unas falsas declaraciones de un sujeto X,
que vuelven a exagerar la realidad, pero que pretender plasmar el sentir más profundo
de un “morning-singer”. Justo lo contrario a lo que ocurre con el seguidor, el líder,
el auténtico “morning-singer”, sabe que lo es y lo disfruta. Cuidado con confundirle
con un líder convencional, pues no existe un objetivo en su liderazgo más haya
de “borreguear” a un grupo para enardecer su propio orgullo. En un tú a tú inicial
podría pasar inadvertido, pero no te dejes engañar, obsérvalo actuar en manada
y rápidamente podrás etiquetarle. Simplemente aclarar, que el sujeto X habla en tiempo pasado porque la posición de "morning-singer" suele ser algo efímero, ya que encabezar un grupo siempre expone tu cabeza primero. Pero no es que sea un valiente, pues sin su séquito se siente diminuto, es que todo tiene un precio.
Hasta ahora hemos mencionado 3 tipos de sujetos catalogados
en función de su actitud como parte del grupo: aspirantes, seguidores y “morning-singer”.
Sin embargo, existe una cuarta especie a la que quiero dedicar encarecidamente
este post: a los “descatalogables”. Por aquellos a los que NO aplica el poder de la masa, pues son
capaces de crear ideas propias, ser tolerantes con las ajenas y no sentirse
acomplejados en reconocer que no siempre tienen una opinión formada sobre
cualquier tema. A aquellos que no se amedrentan por salirse de un circulo
inventado. Por aquellos, entre los que alguna vez me encuentro. ¡Va por ellos!
Nunca pensé que se pudiese describir esta sociedad que nos ha tocado vivir tan profundamente, ser un cantamañanas o vivir cerca de alguno es mas fácil de lo que yo pensaba....Ahora que he leído este blog me ha hecho cambiar la idea de que ser hipócrita es lo que vale para sobrevivir en este mundo ....pero no ;lo que vale es estar catalogado en alguno de estos grupos y sobre todo saber identificar en cual de ellos estamos (aunque no debamos contárselo a nadie)y sobre todo poder sacar el máximo partido de ello... c'est la vie
ResponderEliminarLa tiranía de pertenecer a una sociedad como la nuestra es un mal que sufrimos a diario y del que no podemos escapar. Efectivamente el quid de la cuestión es identificar en qué rol te sientes más cómodo, sea cual fuere. En conclusión, mi humilde consejo sería: vive y actúa como te dé la gana, pero no te hagas mala sangre. Hay una frase de Les Luthiers que me encanta y que viene un poco como anillo al dedo: "No te tomes la vida tan en serio, a fin de cuentas, no saldrás vivo de ella". Mil gracias por leerme.
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