¿Cuál es tu legado?

Debía tener no más de 9 años cuando en una clase de gimnasia, mientras mi profesora apuntaba en el cuadernillo de las notas nuestra puntuación saltando el potro, la vi escribir el número 7 de esa forma poco habitual que empleaba ella, poniéndole cuidadosamente el “palito” superior. De la manera más improvisada  e inocente, le dije algo como: “Seño Aurora yo también le pongo el palito al 7 desde que te vi hacerlo a ti”.  El caso es que recuerdo claramente por mi grado de asombro en aquel momento, como la “seño Aurora” se me derritió allí mismo y me plantó un beso como una casa… ya tirando de un poco de inventiva, yo diría que hasta se le saltaron las lágrimas. El caso es que en aquel momento, no entendí a cuento de qué podía hacerle tanta ilusión aquella manía que había cogido por copiarle el trazo del 7, la verdad.  Ahora, muchos años después, ha venido a mi mente este recuerdo con mucho cariño, y he querido desenterrarlo para hacer de algo pequeño una reflexión mayor. Y la palabra que me ha convencido para representar la esencia de aquel sentimiento que experimentó la mujer al escuchar mi vocecilla espontánea, ha sido “legado”. Y como este blog se ha convertido en un repositorio de cualesquiera que sean  mis reflexiones, me he dado unos minutos para indagar en cuál es hoy mi legado.

Dicho de otro manera, ¿Qué voy a dejar yo al mundo para que recuerde que estuve aquí?  El recurso más obvio son los hijos, y no puedo estar más de acuerdo. Pero como este proyecto me queda muy grande por el momento, he tenido que barajar otras opciones.

Ciertamente este blog podría ser una manera en sí mismo de legado, pero dejo en manos de san google excesiva responsabilidad, y por más que sea una creyente acérrima de la identidad virtual, es inevitable desconfiar de qué será de esto en un futuro, más al ritmo al que evoluciona este mundo. Descartado el blog como legado potencial, he vuelto al factor humano y he pensado en mi familia. Y aunque es cierto que es un legado incalculable lo que puedes dejar en ellos de ti, hubiera sido una resolución a la cuestión demasiado simple, y que por tanto, no requería de un post. Como necesitaba una revelación de valor mayor para dar por concluido este viaje simbólico hacia el porqué de mi existencia,  y el cuerpo ya me lo estaba pidiendo a gritos, he tomado la determinación de escribir un libro.

¡Ahí lo tienes! Un perfecto calzador para equilibrar mesas con patas descuadradas, y aquí una ilusa más que se decide a afrontar el reto. Yo la verdad que no sé qué saldrá de esto, ni si me veré obligada a abortar el proyecto a pocas páginas de iniciarlo. En cualquier caso, adquiero un compromiso personal conmigo misma, y estoy dispuesta a intentar que en el pack de tangibles que mañana formen parte de mi legado, haya un libro con mi nombre en su tapa. ¡De ingenuos y soñadores está el mundo lleno!

Posdata: Lo siento seño Aurora, ya no escribo el 7 con "palito"…no por nada en particular, ya que quedar, queda mucho más aparente, ¿dónde va a parar?…pero es que mi padre me dejó otro legado aún más arraigado por los lazos sanguíneos que nos unen: equilibrio esfuerzo-causa, o dicho de otro manera: haz las cosas lo mejor que puedas, pero en el menor tiempo posible.  Practicidad extrema made in Sedano´s house.