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Los superhéroes no llevan capa

Una vez conocí a un hombre fuerte y poderoso. Realmente decir que le conocí no sé si sería acertado, pues él siempre estuvo en mi vida. Aún en la distancia, era la figura omnipresente que estaba sin estar. Y aquí tenemos el primer rasgo por el que hoy le califico de superhéroe. Desde mis ojos de niña, para mí el hacía cosas  que claramente hacen los superhéroes. Un buen ejemplo: volaba. Vale que se ayudaba de un avión, pero igualmente para mí era absolutamente impresionante porque él recorría el mundo, cruzaba todo un océano, y yo no conocía a nadie que hubiera volado tan lejos nunca. Y hacía otras cosas absolutamente alucinantes: como parar el tiempo. Sí, precisamente cuando volvía de estos viajes transoceánicos, porque él siempre volvía,  mi mundo se paraba para recibirle y todo a mi alrededor era felicidad y sonrisas, y las lágrimas de ausencia de mi abuela se transformaban en lágrimas de alegría. Era magia, sin duda. Pero si había algo absolutamente increíble...

¡Los "grupones" qué gran invento!

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La semana pasada tuve una experiencia que pienso que merece un post, tal es así que llevo una semana entera para encontrar el momento de compartirla, pero no quería dejarlo pasar. Digamos que fue uno de esos desengaños esperados, que lo ves venir, pero aun así, no puedes evitar caer en la trampa e intentarlo una última vez más. Partamos de la base de que yo, como buena española, amo la oferta, la promoción, la rebaja, el descuento, los saldos, liquidaciones, 2x1 o 3x2 del Carrefour, etc., etc. Son palabras mágicas que despiertan mi interés como el de tantos otros, porque como bien sabemos comprar barato nos “pone”. Sentimos que nos da poder, que hemos sido más listos que el que compro antes sin descuento. Cultura 100% spanish, que le vamos a hacer. Pero volviendo a la génesis que inspira este post, hoy quiero hablar concretamente de lo último en “oportunidades”: los “ Grupones ”. ¡Qué gran invento! , pensé cuando los descubrí. Ahora, después de demasiadas decepciones, el refrane...

Flashback & Flashdance

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Transcurría el año 1999. Casi nadie tenía teléfono móvil en aquel entonces, y el euro aún no estaba en circulación. Los cibercafés estaban de moda, y aún seguían en pie las torres gemelas. También fue el año en que me emancipé, cambie de ciudad y empecé la universidad. Parece que han transcurrido un millón de años, pero no, apenas han pasado poco más de 13. Era finales de septiembre y las clases acababan de iniciarse. Redacción periodística era la primera asignatura a la que asistí. El profesor era un tipo joven y bien parecido… bien parecido a José Coronado en su versión televisiva de “Periodistas”. No sé si realmente se parecía mucho físicamente, pues apenas lo recuerdo, pero la serie me había marcado, y en mi mente, eran como dos gotas de agua, más por el descaro que por los bucles engominados. La bienvenida al curso escolar corrió de su cuenta, y lo primero de lo que se preocupó fue de rompernos a todos los esquemas. A nosotros, a más de 100 adolescentes sedientos de ser la...

Carta a los Reyes Magos

Queridos Reyes Magos, Ya sé qué hace más de 20 años que no les escribo. De antemano me disculpo por ello, ya saben cómo son estas cosas…”estaba muy ocupada”, “no quería molestar”, “no encontraba el momento”, “me hice mayor”.  Excusas varias, aunque confieso que tal vez esperaba el momento apropiado para retomar la relación con sus majestades, y este me ha parecido el más adecuado. Soy consciente de que apenas estamos a unas horas de su visita, y el tiempo con el que cuentan para encontrar lo que les pido es muy limitado. En cualquier caso, me permito el abusar de su generosidad, para hacer un pedido muy especial. Consciente de que es un encargo ambicioso, adelanto que es un pedido para todos, por lo que espero sean magnánimos con la premura  de mi petición y me cumplan el deseo. Como se trata de un pedido a modo de devolución, por así decirlo, igual les resulta más fácil hallarlo, pues no tienen que inventar nada nuevo, simplemente devolvernos algo que hemos pe...

Keep the faith: la historia de un smart y una canción de los '90

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Llevo varios días madurando el contenido de mi próximo post, y había 2 elementos que quería enlazar y no sabía muy bien cómo narrarlo. Por un lado, una canción de mi adolescencia de Bon Jovi; y por otro, un coche Smart. Para mí el nexo de unión entre ambos estaba claro, pero contarlo en pocas palabras y que tuviera sentido, era un reto. Resulta que muy a mi desdicha, es sumamente complicado aparcar por la zona en la que trabajo. Como te despistes un poco de la hora punta, es una misión casi imposible, y lo típico que ocurre cuando encima vas justo de tiempo, que todos aparcan antes que tú, y que cuando ya consigues dejar el coche tirado en cualquier esquina, el paseo hacía la oficina suma 10-15 minutos a la tardanza. Expuesto ya el caso, que soy consciente es un mal muy extendido, aparece un Smart en la ecuación. Describo la escena para que me entendáis: Yo llegando al curro en mi coche. Voy un poco justa de tiempo, como suele ocurrir porque tengo que cruzar Madrid de punta a p...

Estreñimiento emocional

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Llevo unos días en los que tengo el blog aparentemente olvidado, y ya no quería dilatar más el momento de actualizarlo con un post, saliese lo que saliese. Lo que ocurre, para ser sincera, es que me estoy obligando a mí misma a cambiar el tono y dejar de ser tan quejica y reivindicativa. Tenía el firme propósito de que mi próximo post tuviera un toque optimista, buen rollista y más en la onda “flower power”. Pero es que tengo que claudicar a la evidencia: estoy muy heavy, y me cuesta la vida misma escribir aislándome de mi estado anímico. Yo no sé si es porque el invierno no es mi estación, si es que tengo el espíritu rebelde a flor de piel, o que la Navidad tampoco me va mucho, o directamente que tengo razones para ello, o al menos lo percibo así…pero me siento una reencarnación de la funcionaria malhumorada del anuncio de los bizcochitos All-Bran®. Dicen que el primer paso es reconocerlo, ¿no? Pues eso, que debe ser que en este momento padezco un serio problema de “estreñimiento em...

Pedir perdón y dar las gracias

Este post me ha sobrevenido a eso de las 5 de la mañana, y es que he cogido la rareza de pensar en temas  potenciales  para el blog a horas un poco intempestivas.  El caso es que me ha salido del alma, desde ese alma de indignada/acomodada que vive en mí. Desde ya, y antes de iniciar el post, traslado mi más absoluta solidaridad para esos casi 6 millones de españoles que no tienen trabajo, pues son probablemente el principal motivo de preocupación del país. Sobre ellos se escribe a diario, y son, con razón y muy a su pesar, los protagonistas de la actualidad. Es por esto que me apetecía mirar al otro lado, y dedicar este post en tono de discurso mediocre, a los trabajadores afortunados que, como yo, sí tenemos empleo: De pequeños nos enseñan que dar las gracias y pedir disculpas son habilidades sociales que debemos aprender tanto o más que a vestirnos solos o a masticar con la boca cerrada. Si el panadero te regalaba una piruleta, tu madre te decía: “¿Qué se dice, h...