Carta a los Reyes Magos
Queridos Reyes Magos,
Ya sé qué hace más de 20 años que no les escribo. De
antemano me disculpo por ello, ya saben cómo son estas cosas…”estaba muy
ocupada”, “no quería molestar”, “no encontraba el momento”, “me hice mayor”. Excusas varias, aunque confieso que tal vez
esperaba el momento apropiado para retomar la relación con sus majestades, y
este me ha parecido el más adecuado.
Soy consciente de que apenas estamos a unas horas de su
visita, y el tiempo con el que cuentan para encontrar lo que les pido es muy
limitado. En cualquier caso, me permito el abusar de su generosidad, para hacer
un pedido muy especial. Consciente de que es un encargo ambicioso, adelanto que
es un pedido para todos, por lo que espero sean magnánimos con la premura de mi petición y me cumplan el deseo.
Como se trata de un pedido a modo de devolución, por así
decirlo, igual les resulta más fácil hallarlo, pues no tienen que inventar nada
nuevo, simplemente devolvernos algo que hemos perdido: dos sentidos. No me
refiero a los sentidos que nos vienen de serie (vista, oído, olfato, gusto,
tacto), medicamente hablando creo que los conservamos todos, otra cosa el uso
que hagamos de ellos. Me refiero concretamente a otros dos sentidos que se
aprenden y que no sé cómo, pero tengo la sensación de que de alguna manera los hemos ido desaprendiendo. Espero sean capaces de devolvernos el sentido común y el sentido del humor. El primero, para recordar
que siempre es más sencillo (Do it easy!), y el segundo, para volver a reírnos,
a reírnos de nosotros, de los demás, y del mundo en sí mismo.
Soy consciente de la dificultad del encargo, pero ustedes
son magos.
De antemano gracias. Cuento con ustedes.
Un cordial saludo,
Betsaida
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