Crónica de la muerte de un post anunciada o Post 1 y medio
Me dispongo firme a escribir mi segundo post de estilo y
tema libre, forzándome a dedicar unos
minutos a preparar con mimo el entorno para dar la bienvenida a la inspiración.
Me tumbo con el portátil sobre mi regazo, un poquito de música tipo balada ligeramente
lacrimógena de fondo, tele off, of course, y sólo acompañada de mi fiel corcel rubio que
promete no molestar demasiado (de vez en cuando se acerca buscándome para jugar
con su pelota por si he cambiado de opinión, pero me mantengo impertérrita). Iba
incluso a encenderme una vela para acabar de acomodar el ambiente, pero ya una
vez tumbada, tenía que levantarme a buscar un mechero, y me pareció un detalle prescindible.
En cualquier caso, podríamos decir que el ritual ya estaba listo y sólo restaba
esperar a que las musas me asistieran en cualquier momento. Todo incitaba a la
inspiración.
Y empiezo a escribir,
y solo me sobrevienen palabras melancólicas, pero igualmente decido romper el
hielo, me arranco y escribo: “Domingo nostálgico”. Uf sólo el titulo ya despierta
mucho sopor, pero prosigo a ver si la cosa mejora: “En el último día de la semana,
durante los últimos instantes de la tarde que se esfuman impacientes, el
momento parece brindar un escenario perfecto para caer en la nostalgia”. MAL,
definitivamente el post no promete, “despromete”, y es el segundo, debería
tener un poquito más de nivel. No te digo que tenga que analizar el futuro de
oriente medio y su papel en la economía mundial (aunque eso sí que sería soporífero),
pero un poquito más de “chicha”. A estas
alturas de recién iniciada en la blogosfera, no tengo la excusa de “la chica
tenía un mal día”. No, porque si sólo he escrito dos post, el primero justito y
el segundo de suspenso, pues lo que pensaría cualquiera es que mejor no se
moleste en escribir un tercero. De todas formas, por eso de seguir probando,
continuo un rato más con la cuerda de la nostalgia de domingo, y releo lo
escrito, y ni siquiera metiendo con calzador una banda sonora interpretada por Francisco Céspedes, la cosa suena medianamente interesante. Y
me rindo, y decido que hoy no es el día que escribiré mi segundo post, porque no
voy a forzar la máquina. Así que se me ocurre contar brevemente qué ha pasado
para recordarme a mí misma, que NO funciona, y evitar cometer el mismo error a
futuro.
Como soy una chica muy práctica, y no soporto la idea de
perder el tiempo, opto por transcribir lo ocurrido, y resuelvo titular a esta
entrada “Post 1 y medio”. Y para concluir me quedo con un propósito: no
escribir nada que sepa de antemano que va a resultar aburrido. Voy a dosificar
esfuerzos para realmente dar espacio a solo aquello que crea que puede merecer
mínimamente la pena. Menudo reto, lo sé.
Cierro este casi-post con una declaración de intenciones en
toda regla: quiero un blog libre de nostalgia. ¡Qué dura es la vida del bloguero!
Pienso que escribir algo escuchando " la vida loca" de Paco Cespedes, que por cierto es una de mis favoritas no debe de ser muy inspirador de cosas profundas aunque no creas la nostalgia a mi edad (no a la tuya claro)si profundiza,aunque solo sea en el recuerdo. Tranquila esas musas vendrán cargadas .. paciencia...Este casi-post me ha encantado y me ha hecho reír imaginándote ¡animo¡
ResponderEliminarHay momentos para todas las canciones...totalmente de acuerdo. Gracias por tu comentario!
ResponderEliminar