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Mostrando entradas de octubre, 2012

El amor tiene dos caras

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Aunque el título del post se prometa muy cursi, aviso desde ya a los lectores que NO voy a hablar de relaciones de pareja al uso , sino de otro tipo de relaciones que me parecen casi tan interesantes como desconcertantes: las relaciones de las marcas con sus consumidores. Ríos de tinta han corrido tratando este tema, y lamentablemente yo no creo que pueda aportar una visión novedosa a todo lo que expertos en branding ya han compartido con el mundo. Si bien, es un tema que me apasionada, y sobre el que deseaba escribir un post. Y es que a mi parecer, la relación que mantenemos con las marcas, tiene todos los ingredientes para entenderse como una relación de pareja en todo regla. Desde el momento del enamoramiento, pasando por la convivencia del día a día, y acabando con la ruptura (cuando desgraciadamente se da, lo cual sucede en no pocas ocasiones). Enamorarse de una marca: ¿Por qué nos enamoramos? Básicamente porque lo necesitamos, incluso cuando no queremos reconoce...

El timo de calentar la silla

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Había una vez un trabajador joven, aunque sobradamente preparado. Eso que se llamó en algún momento de los 90 JASP, gracias a una excelente campaña publicitaria de una marca de automóviles. Este chico, que también podría ser una chica, pero en este caso el género es indiferente,  encontró un empleo que a priori cumplía sus expectativas.  Marcos, que así le llamaremos, se esforzó por empaparse de los entresijos de la estrategia de la compañía y del sector, y se cultivó en aquellos aspectos que consideraba debía potenciar.  Mostraba una excelente actitud ante aquellos retos que le proponían emprender, y en todo momento aportaba a sus proyectos esa expresión que está ahora tan de moda: “valor añadido”.  Además, este joven contaba con un aspecto curioso, y es que tenía una vida privada además de su trabajo, a la que daba suma importancia porque entendía que esta faceta de su vida era el auténtico motor de su felicidad. Tras varios años cumpliendo con éxito su lab...

Crónica de la muerte de un post anunciada o Post 1 y medio

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Me dispongo firme a escribir mi segundo post de estilo y tema libre,  forzándome a dedicar unos minutos a preparar con mimo el entorno para dar la bienvenida a la inspiración. Me tumbo con el portátil sobre mi regazo, un poquito de música tipo balada ligeramente lacrimógena de fondo, tele off, of course,  y sólo acompañada de mi fiel corcel rubio que promete no molestar demasiado (de vez en cuando se acerca buscándome para jugar con su pelota por si he cambiado de opinión, pero me mantengo impertérrita). Iba incluso a encenderme una vela para acabar de acomodar el ambiente, pero ya una vez tumbada, tenía que levantarme a buscar un mechero, y me pareció un detalle prescindible. En cualquier caso, podríamos decir que el ritual ya estaba listo y sólo restaba esperar a que las musas me asistieran en cualquier momento. Todo incitaba a la inspiración. Y empiezo a escribir , y solo me sobrevienen palabras melancólicas, pero igualmente decido romper el hielo, me arranco y escr...

Por pudor y pereza...

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Contar con el suficiente ego como para pensar que tengo algo que aportar al mundo de la blogosfera, me ha llevado más de dos años desde que la idea comenzó a rondar por mi cabeza. Y aún estaba en ello, cuando me di cuenta que tras madurar en exceso esta idea, ya comenzaba a darme una pereza brutal. Y es que se me han mezclado dos factores disuasorios más que importantes: pudor y pereza a partes iguales. Visto lo visto, he decidido enfrentarme a estos 2 auténticos caballos de batalla para mí, y alterar el punto de partida del inicio de este blog quitándole hierro al asunto. ¿Por qué pudor? ¿Por qué pereza? Reconozco que a pesar de hacer uso habitual de las redes sociales, y haber conseguido liberarme del pudor de que otros me lean y puedan tener excesiva información sobre mi vida, o lo que es peor, sobre “mis pensamientos”, aún me inquieta sobremanera  dar un paso adelante y tener un blog propio. Pero precisamente yo, la que no para de aseverar a la que tengo la menor op...