Los superhéroes no llevan capa
Una vez conocí a un hombre fuerte y poderoso. Realmente decir que le conocí no sé si sería acertado, pues él siempre estuvo en mi vida. Aún en la distancia, era la figura omnipresente que estaba sin estar. Y aquí tenemos el primer rasgo por el que hoy le califico de superhéroe. Desde mis ojos de niña, para mí el hacía cosas que claramente hacen los superhéroes. Un buen ejemplo: volaba. Vale que se ayudaba de un avión, pero igualmente para mí era absolutamente impresionante porque él recorría el mundo, cruzaba todo un océano, y yo no conocía a nadie que hubiera volado tan lejos nunca. Y hacía otras cosas absolutamente alucinantes: como parar el tiempo. Sí, precisamente cuando volvía de estos viajes transoceánicos, porque él siempre volvía, mi mundo se paraba para recibirle y todo a mi alrededor era felicidad y sonrisas, y las lágrimas de ausencia de mi abuela se transformaban en lágrimas de alegría. Era magia, sin duda. Pero si había algo absolutamente increíble...